miércoles, 17 de agosto de 2011

La Ruta del Olivo en todo su esplendor

Un fruto de antigua tradición
en el interior argentino


Fuente: Agencia Tur Noticias
(Especial para Textos en su tinta)
agencia@turnoticias.com.ar


A la par de las rutas del vino, existe otro tentador recorrido donde en territorio argentino donde descubrir los secretos de una milenaria práctica, como es la olivicultura. Pintorescos caminos rodeados de coloridas plantaciones, al resguardo de altos picos cordillerano, llevan a estancias para conocer y degustar distintos tipos de aceitunas.
Se trata de una escapada imperdible por las provincias de Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza con numerosas alternativas para combinar, e ideal para hacer en pleno otoño en época de cosecha. En algunas empresas podrá fabricar su propio aceite de oliva y llevarse una botella sellada para luego usar con orgullo, también entregarse al placer de tratamientos corporales a base de óleos o contratar una excursión en bicicleta para tener una perspectiva diferente.
El clima, el suelo y el agua -de especiales características en la región- hicieron de esas tierras un gran tesoro reconocido a nivel internacional. Un viaje para aprender que al igual que las uvas, cada aceituna tiene diversos sabores, y que tanto las verdes como las negras provienen del mismo árbol. Además, que para degustarlas hay que esperar, recién desprendidas son amargas y es imposible catar sus propiedades.

La mayor productora
La provincia de Catamarca, donde es posible iniciar este camino que despertará los sentidos, es considerada hace años como la principal productora de aceite de oliva del país, con más de 30 mil hectáreas destinadas a este noble fruto. Por la ruta 38, comienzan a verse las extensas plantaciones en el Valle Central, acompañadas por las cadenas del Ancasti y el Ambato. Al conectar con la ruta 60 se llega al Valle de Pomán, otro de los grandes centros oleícolas, para seguir luego hasta Tinogasta y Fiambalá. En este último pueblo, se podrán degustar excelentes vinos de altura o relajarse en un complejo termal totalmente preparado para renovar energías en piletones de entre 38 y 54 grados, así como visitar el Museo del Hombre, donde se exhiben momias de más de 500 años. Un apartado imperdible en estas tierras lo representa la ruta hacia Chile que recorre 19 volcanes de más de 6 mil metros de altura. En las ciudades se hallará hospedajes sencillos con la mejor atención personalizada y ricos platos regionales. Algunos establecimientos catamarqueños para agendar: La Bonita, Aceitera del Valle, Indalo y Oliva Ilustre.

Donde yace el árbol más antiguo
En el norte de la provincia de La Rioja se encuentra Aimogasta, el principal centro de cultivo de la aceituna Arauco, única en el mundo y fácilmente reconocible por su gran tamaño y sabor. El pueblito de unos 10 mil habitantes es la cabecera del departamento que lleva este original nombre. Entre los productores más importantes están Agroaceitunera, El Matucho, Nucete y la Compañía Industrial Olivarera. Y una de las destacadas por utilizar un método de extracción artesanal es la firma familiar Hilal Hermanos. Según relatos locales, en esta zona se encuentra el árbol más viejo -sembrado en el siglo XVII y declarado Monumento Nacional- que habría resistido una feroz tala en 1870 ordenada por el rey de España.

Por la ruta 40 también se llega a Chilecito, al pie de la legendaria sierra de Famatina, importante centro económico que concentra bodegas y empresas oleícolas. Para sumar, el Bañado de los Pantanos, antiguo asentamiento indígena donde se cultiva jojoba, y el imponente Corredor del Bermejo, poseedor del Parque Nacional Talampaya, el Provincial El Chiflón y la Reserva Laguna Brava, de gran belleza natural e importantes riquezas culturales y geológicas. En toda la zona encontrará una completa infraestructura gastronómica y hotelera, con valores que van desde los 50 a los 145 dólares.

Pasando por el Valle de la Luna
La misma ruta 40 que lleva al viajero hasta la provincia más austral del país, cruza tierras sanjuaninas donde viejos molinos y olivares pintan los alrededores, desde el pueblo San José de Jáchal hasta la Quebrada de Ullúm y los valles del Zonda y Tulúm donde se concentran los mayores productores de estos sabios árboles que alcanzan su plenitud después de los 35 años. Turísticamente, es posible recorrer un corredor alimentario por 14 establecimientos, distribuidos en 14.600 hectáreas y cinco departamentos a los largo de 50 kilómetros totalmente preparados para recibir al visitante con hospitalidad.
Entre los atractivos hay dos viejos olivares con casi 350 años plantados por los jesuitas en Valle Fértil. El punto de partida será la ciudad capital en dirección sur pasando por Rawson, Pocito, 25 de Mayo y Rivadavia, donde las condiciones climáticas son muy benéficas para las producciones. Entre los establecimientos destacados están: San Juan de Ullúm (Boulevard Sarmiento 2787 en Rawson); y, Campo de Olivos, una empresa familiar, a sólo metros del Jardín de los Poetas y del autódromo El Zonda (RN 12 km 16. La Bebida-Rivadavia). Imperdible es una visita al Parque Provincial de Ichigualasto, más conocido como el Valle de la Luna, sitio de gran valor paleontológico donde viajar a los orígenes. Los autos pagan un canon de 12 dólares, las combis 20 y los colectivos 25. Está abierto de 8 a 16 y los circuitos se pagan aparte entre 10 y 20 dólares.

Viñedos, olivos y el mejor esquí
La última de las paradas para cerrar el circuito nos lleva por la misma ruta 40 hasta Mendoza, principal polo vitivinícola del país que mantiene una tradición olivícola también en varios puntos de la provincia, donde encontrará destinos turísticos imperdibles como las Termas de Cacheuta, el centro de esquí Las Leñas, la encantadora San Rafael o Las Cuevas en el límite con Chile. Pero siguiendo el recorrido iniciado uno de los departamentos a visitar será Maipú, donde crecieron empresas que se dedican a la cosecha del olivo e invitan a los viajeros a degustar los mejores aceites vírgenes extra. Una de ellas es Finca El Paraíso (Polvareda s/n) con antiguas plantaciones de variedad Farga, Frantoio, Empeltre, Manzanilla y Arauco.

Para los amantes de las dos ruedas y el aire libre, la Antigua Bodega Giol (Ozamis 1040) ofrece una travesía de día completo por 65 dólares, con un guía especializado y regreso en vehículo para llevar los productos adquiridos. En la ciudad de San Martín está la finca La Tebaida (Soldado de la Independencia 650), donde incluso es posible hospedarse y degustar la cocina criolla y mediterránea, aprender los procesos en la fábrica de aceite y combinar la estadía con otros recorridos a bodegas, paseos a caballo o excursiones 4x4 al desierto de Lavalle. Más al sur, San Rafael abre sus puertas para conocer a fondo esta sabiduría milenaria, cosechar el fruto, elaborar el aceite y disfrutar de la olivoterapia en un spa. Un tour alternativo en pleno auge que incluye también recorrer el Cañón del Atuel, Valle Grande o el dique Nihuil. Allí, los alojamientos de lujo cuestan desde 120 dólares la noche como en el Tower Inn & Suites, otros en tres estrellas como Suter Petit Hotel por 70 y más económicos como Dali Hotel por 40.