En lo que va de año, el presidente venezolano Hugo Chávez Frías, ha ordenado la expropiación de 78 inmuebles, 44 de los cuales aparecen en la Gaceta Oficial número 39.682, publicada ayer.
Entre lo hurtado a mansalva —aquí no valen términos legales— se encuentra el estacionamiento del La Huerta, restaurante español con treinta años de tradición, de los mejores de Caracas, propiedad de los hermanos Gumersindo y Reinaldo Romano que saben de gastronomía y han puesto el alma a un local de tradición que posee, además, una de las bodegas más importantes de la ciudad.
La indignación nos arropa. Me arropa. Este no es un blog de noticias ni denuncias, pero no puedo dejar pasar por alto las inmundicias entre las que vivo. En mi país, la gastronomía no sólo es asunto de placer, también de agobios políticos. Y en el caso del restaurante La Huerta de una humillación superlativa que siembra precedentes para la expropiación de cualquier terreno, cualquier tajo de nosotros mismos.
Ayer —mientras militares mantenían el estacionamiento cerrado y se paseaban orondos por él, con su pequeño y barato triunfo— los empleados del restaurante, que son más de sesenta, sacaron a la calle mesas, sillas y paelleras y se mantuvieron protestando por la injustificada medida.
"La milicia llegó el jueves a la 1 pm y se apoderó del estacionamiento (400 Mt2), propiedad privada que compramos en 2004. El Estado nunca negoció los terrenos, los expropió sin pagar. Les ofrecimos colaborar con materiales para los damnificados y se negaron", señaló Egidio Romano.
Venezuela está llena de terrenos baldíos, edificaciones subutilizadas por el propio Gobierno y se empeñan justamente en el estacionamiento de un restaurante donde dicen que alojarán a damnificados de las lluvias del año pasado. Sin estacionamiento, por la zona donde se encuentra, el restaurante tendrá como destino seguro su cierre.
De lo que se trata esto y todo lo que ocurre en el país es de humillarnos.
Entre lo hurtado a mansalva —aquí no valen términos legales— se encuentra el estacionamiento del La Huerta, restaurante español con treinta años de tradición, de los mejores de Caracas, propiedad de los hermanos Gumersindo y Reinaldo Romano que saben de gastronomía y han puesto el alma a un local de tradición que posee, además, una de las bodegas más importantes de la ciudad.
La indignación nos arropa. Me arropa. Este no es un blog de noticias ni denuncias, pero no puedo dejar pasar por alto las inmundicias entre las que vivo. En mi país, la gastronomía no sólo es asunto de placer, también de agobios políticos. Y en el caso del restaurante La Huerta de una humillación superlativa que siembra precedentes para la expropiación de cualquier terreno, cualquier tajo de nosotros mismos.
Ayer —mientras militares mantenían el estacionamiento cerrado y se paseaban orondos por él, con su pequeño y barato triunfo— los empleados del restaurante, que son más de sesenta, sacaron a la calle mesas, sillas y paelleras y se mantuvieron protestando por la injustificada medida.
"La milicia llegó el jueves a la 1 pm y se apoderó del estacionamiento (400 Mt2), propiedad privada que compramos en 2004. El Estado nunca negoció los terrenos, los expropió sin pagar. Les ofrecimos colaborar con materiales para los damnificados y se negaron", señaló Egidio Romano.
Venezuela está llena de terrenos baldíos, edificaciones subutilizadas por el propio Gobierno y se empeñan justamente en el estacionamiento de un restaurante donde dicen que alojarán a damnificados de las lluvias del año pasado. Sin estacionamiento, por la zona donde se encuentra, el restaurante tendrá como destino seguro su cierre.
De lo que se trata esto y todo lo que ocurre en el país es de humillarnos.
Sobre el Restaurante La Huerta
•Los Romano /Adriana Gibbs (Ver)
•El cordero llegó a La Huerta / Gulliana Chiape (Ver)
1 comentario:
Que pena de noticia. Vaya dictador joder. Eso no es así, esas personas se han ganado tener esos inmuebles ya que han trabajado mucho para tener sus bares y restaurantes abiertos. Lo más gracioso es que para cobrar por la luz, agua, por la licencia de apertura, mobiliario para hosteleria, etc..... y después de hacerles pagar todas las cosas con sudor y lagrimas de estas personas, coge el listo del presidente y le quitan los inmuebles, que pena joder y que impotencia.
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