Tras el devastador terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo, la central nuclear de Fukushima es la más preocupante consecuencia. La radiación emanada de la planta dañada alcanza decenas de kilómetros y en materia alimenticia ha afectado sobre todo a la leche sin procesar, ciertos vegetales y el agua corriente, en la que las autoridades han registrado niveles de yodo radiactivo tres veces superior al límite legal en una población situada a 40 kilómetros de Fukushima, aunque explican que este hallazgo no implica un riesgo inminente para la salud.
Llama la atención que donde más se ha posado la radioactividad ha sido en las hojas de espinaca —y en algunas otras hortalizas de hojas verdes— de ciertas localidades de Ibaraki (centro-este), que superan 27 veces los niveles legales de radiactividad. Sin embargo, las autoridades han delegado en los gobiernos municipales la decisión de cesar voluntariamente el comercio de alimentos posiblemente contaminados. Sólo las autoridades de Gunma han ordenado a las cooperativas locales interrumpir el envío de productos hortícolas y asumir la devolución de los ya enviados.
“En un kilogramo de estas espinacas se han medido 24.000 becquerelios de yodo radiactivo. Las espinacas fueron recogidas este viernes pasado en Kitaibaraki, en la prefectura de Ibaraki, a unos 73 kilómetros de la central, según ha informado la agencia de noticias japonesa Jiji citando fuentes del gobierno de la prefectura”, señala una nota de Europa Press.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay varios compuestos radiactivos que son particularmente preocupantes para la seguridad alimentaria, principalmente los isótopos de estronio (estronio 90), de yodo (yodo 131) y de cesio (cesio 137).
Tal como el explicó a BBC Mundo Carlos Bravo, responsable de la campaña antinuclear de la organización ambientalista Greenpeace, todos los gases que están saliendo de la central nuclear de Fukushima llevan elementos radiactivos que son gaseosos y que, al mezclarse con otros gases en el aire, pueden ser inhalados tanto por el ser humano como por los animales.
PeligrosLlama la atención que donde más se ha posado la radioactividad ha sido en las hojas de espinaca —y en algunas otras hortalizas de hojas verdes— de ciertas localidades de Ibaraki (centro-este), que superan 27 veces los niveles legales de radiactividad. Sin embargo, las autoridades han delegado en los gobiernos municipales la decisión de cesar voluntariamente el comercio de alimentos posiblemente contaminados. Sólo las autoridades de Gunma han ordenado a las cooperativas locales interrumpir el envío de productos hortícolas y asumir la devolución de los ya enviados.
“En un kilogramo de estas espinacas se han medido 24.000 becquerelios de yodo radiactivo. Las espinacas fueron recogidas este viernes pasado en Kitaibaraki, en la prefectura de Ibaraki, a unos 73 kilómetros de la central, según ha informado la agencia de noticias japonesa Jiji citando fuentes del gobierno de la prefectura”, señala una nota de Europa Press.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay varios compuestos radiactivos que son particularmente preocupantes para la seguridad alimentaria, principalmente los isótopos de estronio (estronio 90), de yodo (yodo 131) y de cesio (cesio 137).
Tal como el explicó a BBC Mundo Carlos Bravo, responsable de la campaña antinuclear de la organización ambientalista Greenpeace, todos los gases que están saliendo de la central nuclear de Fukushima llevan elementos radiactivos que son gaseosos y que, al mezclarse con otros gases en el aire, pueden ser inhalados tanto por el ser humano como por los animales.
Los estudios han demostrado, por ejemplo, que las tasas de incidencia de varios tipos de cáncer, principalmente el de tiroides, entre la gente que vivía cerca de Chernobyl se han incrementado drásticamente en los últimos años, a pesar de que el accidente de esa planta nuclear ocurrió hace 25 años.
"Ahora esa tasa de incidencia de enfermedades, como cáncer o de los sistemas nervioso e inmune, se va a hacer notar poco a poco en Japón. Por eso, será necesario llevar a cabo estudios epidemiológicos para vigilar de cerca cómo cambian esas tasas de incidencia", afirmó Carlos Bravo.
Según la OMS, los alimentos contaminados no pueden ser descontaminados. Si se detectan niveles que podrían ser perjudiciales para la salud humana, la mejor forma de evitar la contaminación es desecharlos de forma segura.
Irónicas propiedades"Ahora esa tasa de incidencia de enfermedades, como cáncer o de los sistemas nervioso e inmune, se va a hacer notar poco a poco en Japón. Por eso, será necesario llevar a cabo estudios epidemiológicos para vigilar de cerca cómo cambian esas tasas de incidencia", afirmó Carlos Bravo.
Según la OMS, los alimentos contaminados no pueden ser descontaminados. Si se detectan niveles que podrían ser perjudiciales para la salud humana, la mejor forma de evitar la contaminación es desecharlos de forma segura.
Curiosamente la espinaca es uno de los grandes anticancerígenos —sobre todo para el cáncer de pulmón— y se ha comprobado que su consumo regular inhibe la producción de tumores cancerosos, cosa que no ocurrirá en Japón para quienes ya hayan consumido vegetales contaminados.
Las espinacas son ricas en ácido alfa-lipoico, que posee grandes propiedades antioxidantes y vitamina K, necesaria para la coagulación de la sangre y el mantenimiento de los huesos.
Más del 90% de su contenido es agua, por lo que es muy recomendable incluirlas en dietas de adelgazamiento, son ricas en fibras, vitaminas A, B, C y E y minerales como el calcio, fósforo y potasio.
Contienen una alta proporción de zinc y ácido fólico, adecuados en el embarazo, en los hombre una deficiencia de zinc, provoca que el esperma posea muy pocos espermatozoides.
Por su riqueza en hierro resultan adecuadas para combatir la anemia, además contienen ácidos no saturados como el oleico, linoleico y alfalinoleico, muy adecuados para el aparato circulatorio, especialmente para eliminar el colesterol y disminuir la hipertensión.
Los poderes culinarios de la espinaca son infinitos, pero sería muy triste mencionarlos justamente ahora.
Las espinacas son ricas en ácido alfa-lipoico, que posee grandes propiedades antioxidantes y vitamina K, necesaria para la coagulación de la sangre y el mantenimiento de los huesos.
Más del 90% de su contenido es agua, por lo que es muy recomendable incluirlas en dietas de adelgazamiento, son ricas en fibras, vitaminas A, B, C y E y minerales como el calcio, fósforo y potasio.
Contienen una alta proporción de zinc y ácido fólico, adecuados en el embarazo, en los hombre una deficiencia de zinc, provoca que el esperma posea muy pocos espermatozoides.
Por su riqueza en hierro resultan adecuadas para combatir la anemia, además contienen ácidos no saturados como el oleico, linoleico y alfalinoleico, muy adecuados para el aparato circulatorio, especialmente para eliminar el colesterol y disminuir la hipertensión.
Los poderes culinarios de la espinaca son infinitos, pero sería muy triste mencionarlos justamente ahora.
Fuentes:
http://www.botanical-online.com/espinacas.htm
http://canisport.blogspot.com/2010/08/las-espinacas-previenen-el-cancer.html
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