«El verbo griego pinó significaba 'beber'. Con el agregado del prefijo pro-, se formaba propinó, que expresaba la idea de extender amistosamente el brazo (y el vaso) hacia otra persona para ofrecerle bebida. Este verbo griego pasó al latín como propinare, con el mismo significado, pero en el bajo latín de la Edad Media, se derivó de él el sustantivo propina, que inicialmente tenía el sentido de 'regalo' o 'dádiva' y, más adelante, denotaría 'pequeña gratificación por encima de lo convenido para el pago de un servicio'».
Ricardo Soca
Editor de elcastellano.org
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