lunes, 29 de noviembre de 2010

Un texto de Laura Cracco

OUZO KAI MEZEDES

Despierta con el sabor a ouzo, el gusto de calamares, boquerones fritos, el pepino fresco, los tomates gordos y jugosos, la feta, calabacines y berenjenas rebozadas, el denso aceite de oliva de un verde profundo, las aceitunas brillantes como ojos de muchachos. El sueño la llevó de vuelta a Grecia, a una pequeña taberna frente al mar que justo antes del ocaso se transmutará en vino, pero que en ese momento tiene un azul tan puro como el cielo. Nunca ha visto un cielo más limpio que el cielo griego. Tó Ouranó, i Thalassa. En el sueño su mirada se movía entre el mismo azul de agua y de aire. Fue absolutamente feliz, el mundo se abría en amplia sonrisa, ella sonreía con toda su alma, sin sobresaltos. En ese mundo de felicidad tajante, firme, sólido que no ofrece agujeros para el miedo. En su cabeza se fundían la voz de Homero, andra moi énnepe Musa polytropon hos malla polla…, la del mar, los ecos de rebetiko reptando desde el subsuelo. Estar, simplemente estar; la única amenaza, la agridulce sensación de estar viva hasta las uñas.
Un anciano se sentó a su lado.
—Ti kaneis, koritsi mou?
—Miro. Solamente miro y escucho.
—¿Y sólo por eso sonríes? ¿De dónde eres?
—No me lo recuerdes —la sonrisa apagándose en su cara— Vengo de un lugar muy, muy lejano, donde todas tus pesadillas se harían realidad. Vengo de un país donde la crueldad se hizo normal; donde la verdad perdió todos sus velos y ya no queda nada que buscar; donde sólo miramos lo que el Cíclope de un solo ojo, que nunca ve más que a Nadie y jamás al Otro condenado a perecer; donde las sombras insaciables se alimentan de la sangre joven; donde todos susurran, donde nadie escucha; donde nadie mira a la cara; donde todos están presos los unos de los otros; donde los héroes son exhumados para que perdure de ellos la miseria de sus huesos; donde la prosa se devoró la poesía y las crudas fotos de las morgues a la pintura; donde los nombres de las calles fueron borrados; donde Antígona no hallaría la tierra para salvar el cuerpo de su hermano de los buitres; donde las balas perdidas poseen la ubicua imprecisión de la lluvia; donde los hombres repiten la súplica de la Sibila, quiero morir, porque estar vivo es efímero anticipo de estar muerto; donde las cárceles son coliseos y los presos bestia y presa a un mismo tiempo; donde la carne huele a formol; donde el mar arrastra basura, al cielo lo hinca una alambrada y la música se atraganta en llanto.
—Exageras, no existe. Lo que has descrito es el infierno de los poetas. ¿Cómo se llama?
—Esto.
—“Esto” no es un nombre de país.
—Esto es la única palabra que nos queda. Las otras, una por una fueron vaciadas. Las probamos todas, las usamos tanto que sólo les quedó silencio dentro del hollejo y, aunque pronunciadas, ya no dicen nada.
—Pero “Esto” tampoco dice nada.
—Sí, tampoco dice nada. Pero ahorra el inútil esfuerzo de...
—No sigas, por favor, koritsi mou. Guardaré silencio para que nunca despiertes. Ákou, i thalassa! Koíta ton ouranó!
Desayuna con la cabeza llena de mar y cielo, con la boca llena de palabras extranjeras que sí evocan alguna realidad. Su trozo de pesadilla, Esto, dentro del sueño se desvanece. Thalassa! Thalassa!, repite como aquellos griegos huyendo de los persas que divisan en el mar la libertad. Demokratía, Demokratía, repite y de su garganta brota la palabra musculosa, ágil e invencible como un atleta olímpico.


Del libro de relatos inédito El ojo del Mandril

Laura Cracco nació en Barquisimeto (Venezuela). Es especialista en Filología Clásica (distinción Magna cum laude) por las Universidades de los Andes (Mérida, Venezuela) y por la Universidad de Atenas (Grecia). Ha estudiado física en la Universidad de Padova (Italia). Ha publicado artículos en diversos periódicos y revistas. Obtuvo el Premio Municipal de Poesía de Mérida. Tiene publicados varios poemarios: Mustia Memoria (1984); Diario de una Momia (1989); Safari Club (1993), Lenguas viperinas, bocas Chanel (2009).

1 comentario:

parce-lo rodriguez dijo...

Mi amiga es una de las mejores escritoras! la conozco desde antes de saber que es escritora, nos conocimos de casualidad, y al final me dijo que era escritora, una de las mejores que existen y su humildad es extrema..... te quiero Laura!!!