lunes, 21 de octubre de 2013

Así son las cosas..


Fettuccine Alfredo 
a la manera de OSCAR YANES

En el año 2007, acabando de cumplir ochenta años, entrevisté a Oscar Yanes para la Revista Papa y Vino. Hoy, cuando Yanes ha partido, recuerdo sus carcajadas y la sabrosura de su pasta, su memoria y sus cosas, que serán así como él las dijo, por siempre. Reproduzco aquel artículo y su receta de la pasta que más le gustaba

 
Foto: Tal Cual Digital

Oscar Yanes, con ochenta años recién cumplidos —públicamente celebrados el pasado mes de abril— reconoce que aunque se ha sentado a la mesa de notables restaurantes criollos y extranjeros, sus platos preferidos son el perico y la pasta: “De joven me tocó vivir un año solo en Washington, me fastidié de la comida norteamericana barata y me llamó la atención el perico andino que describía Ramón David León en su libro Biografía Gastronómica de Venezuela. Así que intenté hacerlo, pero con la mala suerte de que se me pasó la mano al empezar a revolver los huevos y saltó una chispa y le abrí una tronera a la camisa, una de las pocas de seda que tenía. Aquello fue un duelo, estuve como un mes sin comer perico. Después me volví fanático del perico, me gusta pedirlo en los grandes hoteles y recuerdo que en China pedí en el desayuno un plato cuyo nombre medía en el menú como quince centímetros y resultó ser un perico como el que preparamos aquí. Es curioso”.
Su iniciación en la pasta no fue más glamorosa: “Me enseñó a cocinarla un muchacho que vivía en el mismo edificio que yo en Washington. Pero recuerdo que me enseñó también la mala costumbre de que para saber si el espagueti estaba bien hecho había que tirarlo al techo o a la pared. Terminé con la pared llena de pasta. Cuando me mudé me dio tanta pena aquello que me tomé el trabajo de limpiar bien todo”.
Años después Oscar Yanes aprendió a comer pasta nada menos que de la mano del italiano Alfredo di Lelio, inventor del famoso Fettuccine Alfredo: “Ese es el plato de pasta que más me gusta. Lo probé con el viejo Alfredo, que montaba todo un espectáculo en su restaurante Alfredo alla Scrofa en Roma. Él preguntaba de qué país era uno, y como tenía grabaciones de música típica de todos los países de América Latina, las ponía y él mismo entonaba una estrofa. A mi me cantó el Alma Llanera. Además, colocaba en la mesa la bandera del país. Era todo un show, con su gorro grande de cocinero”.
Yanes, pionero del periodismo televisivo y uno de los autores que más libros vende en el país —ha ganado tres veces el Premio Nacional de Periodismo—, señala que de la gastronomía venezolana lo que más ha llamado su atención es la vida de Pierre René Delofre, el francés que escapó de la Isla del Diablo y para remozar el prontuario que podría repatriarlo se instaló en Caracas en los años de la dictadura del general Juan Vicente Gómez para develar los secretos de la alta cocina francesa. “Tuvo tres restaurantes célebres, La Suisse, el Longchamp y el Trocadero, pero con una particularidad que jamás ha tenido otro restaurante en Venezuela: el Longchamp y el Trocadero eran dos negocios en uno. El primero era de alta cocina francesa y el otro, apenas separado por una cortina de damasco, un cabaret con ficheras. Esos locales, a los que iba gente muy distinguida, fueron saqueados, porque Delofre organizaba banquetes para el presidente de la República. Yo lo entrevisté. Su historia aparece en mi libro Cosas de Caracas, que se publicó por primera vez en 1967… Así son las cosas”.


Fettuccine Alfredo
(Para 4 personas)

Ingredientes
500 gramos de fettuccine
8 cucharadas de mantequilla
1 taza de queso parmesano rallado (y un extra para el momento de servir en el plato).
1 taza de crema de leche
Sal y pimienta negra recién molida.

Preparación
En una olla grande con agua hirviendo, agregar la sal y la pasta. Cocinarla hasta que esté “al dente”, (tierna por fuera pero firme al morderla).
Mientras la pasta se cocina, calentar la mantequilla en un sartén a fuego lento. Agregar el queso parmesano y la crema, dejar hervir revolviendo todo el tiempo. Bajar el fuego y cocinar hasta que la salsa se reduzca y espese, agregar sal. Escurrir la pasta y devolverla a la olla. Verter la salsa sobre la pasta y revolver para que se integre bien.
Servir con pimienta negra recién molida y queso parmesano.

1 comentario:

Jacqueline Goldberg dijo...

Ines: Thank you for your lovely comment. With your permission I will publish on the front page of my blog.
Best regards.

Jacqueline Goldberg