sábado, 25 de junio de 2011

¡Bendita salud! (¡Beata sanitas!)

Del costal de las frases célebres


Preocupados andamos por la salud. Todos. Por la propia y la ajena. Así, por azar, aparecieron éstas frases asociadas a la comida, pues si en algo se ha creído es que la salud es sólo cuestión del cuerpo y del comer.

Come poco y cena menos, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
(Miguel de Cervantes Saavedra)

Los médicos trabajan para conservarnos la salud, y los cocineros para destruirla, pero estos últimos están más seguros de lograr su intento.
(Denis Diderot)

La enfermedad hace agradable la salud; el hambre la saciedad; la fatiga el reposo.
(Heráclito de Efeso)

La única manera de conservar la salud es comer lo que no quieres, beber lo que no te gusta, y hacer lo que preferirías no hacer.
(Mark Twain)

Come poco, cena más poco; que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
(Miguel Angel Asturias)

Pan de ayer carne de hoy y vino de antaño, salud para todo el año.
(Anónimo)

El día que leí que el alcohol era malo para la salud... dejé de leer.
(Jim Morrison)

La salud es la justa medida entre el calor y el frío.
Aristóteles

No me he hecho vegetariano por motivos de salud, sino por la salud de los pollos.
(Isaac Bashevis Singer)

os jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros-
(Sócrates)

Toma consejo en el vino, pero decide con agua después.
(Benjamín Franklin )

viernes, 24 de junio de 2011

Hoy, a diez años del adiós de Rufino Tamayo

Sensuales sandías

Una intimidad mítica se desplaza por toda la obra del artista mexicano Rufino Tamayo (Ver Página del Museo Tamayo), fallecido un día como hoy de hace diez años. Sus inolvidables sandías o patillas recorren buena parte de su obra. Jugosas, sensuales, dan cuenta de un mundo interior que nunca dejó de ser visionario y de asomarse a los zarpazos de la realidad. Por una parte, la sandía posee los tres colores de la bandera mexicana, y por otra, constituye una de las frutas más gozadas en la tierra natal del artista.
Aquí una pequeña muestra de sus fascinantes sandías.






lunes, 20 de junio de 2011

Desde Madrid

Historia de un pollo
Marco Tulio Socorro
De su extraordinario blog Blungún



Tú metes esto en un guión que no sea de comedia y te queda forzado, rebuscado y poco creíble.
Este señor ha estado todo el invierno arreando viandantes hacia un nuevo restaurante de pollos. El otro día, al pasar por esa esquina, me llamó la atención su acento.
- Oye, pollo, pero tú eres de Caracas.
- Sí, panita, de Lídice.
Es inevitable preguntar cómo es que un señor de Lídice acaba haciendo de pollo en una esquina de Madrid. Y me cuenta una de esas historias en las que de un día para otro la vida se pone patas arriba en absolutamente todos los frentes: divorcio, crisis de salud, crisis de los 50 años, desempleo y un país que se va a la mierda.
- Teniendo el pasaporte europeo, que me corresponde por mi madre, no me iba a quedar llorando en Caracas, y menos estando el cabecebola este en el gobierno. Cuando esto pase yo vuelvo, con los reales que estoy ahorrando aquí.
- Ya, pero ¿cómo paraste en pollo?
-Bueno, porque pasé, vi lo del restaurante y tal. Entré, hablé con el tipo y le planteé la idea.
- Ya va, ¿o sea, que lo del disfraz de pollo fue idea tuya? ¿Tú convenciste al dueño del restaurante de la conveniencia de poner a un tipo disfrazado de pollo en esta esquina?
- Claro. Y la idea ha funcionado ¿oíste? El traje lo compré en una tienda de disfraces en La Latina. Yo no me iba a dejar morir, mi pana. Ya te dije que yo soy de Lídice, además tengo un chamo, no me puedo rendir.


Ahora ya no lleva el traje de pollo. Va de civil y es el mejor relacionista público que pueda soñar un restaurante.
En este caso está muy claro que antes fue un par de huevos y luego el pollo.

martes, 14 de junio de 2011

Cineastas saboreadores

Obra de Grete Stern, fotógrafa y diseñadora alemana,
fallecida en Argentina en 1999.


Tres frases que reiteran cuán cerca está la comida de todas las artes y cómo grandes cineastas no titubean a la hora de emprender una metáfora.


El cine no es un trozo de vida, sino un pedazo de pastel.

Alfred Hitchcock


No solo de pan vive el hombre. De vez en cuando, también necesita un trago.

Woody Allen


Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador.

Federico Fellini

domingo, 12 de junio de 2011

Las legumbres desparramadas de Ana Frank

A propósito de conmemorarse hoy
su nacimiento y el inicio de su Diario



Hoy hace 82 años del nacimiento de Ana Frank, la niña judía nacida en Alemania, criada en Holanda y fallecida a los 15 años en el campo de concentración de Bergen-Belsen. Y hoy hace 69 años que la precoz cronista comenzara a escribir en el diario que le regalaran por su cumpleaños y que se convertiría en su más fiel compañero y su legado a la humanidad. El Diario de Ana Frank es uno de los libros más leídos del mundo y ha sido traducido a 70 idiomas, amén de haber sido convertido en numerosas películas, obras de teatro y de balet y hasta cintas de dibujos animados.
En los difíciles dos años que Ana Frank permaneció en el escondite junto a otras siete personas, incluyendo sus padres, su hermana y su primer amor, son varias la ocasiones en que hace referencia a hambre y alimentos. El fragmento que sigue, fue escrito el lunes 9 de noviembre de 1942 y muestra como, en medio del horror, Ana Frank tenía incluso humor para hablar de unas judías esparcidas por el suelo.

Cocina del escondite de la casa de Ana Frank.
Imagen de Vault Handler, tomada de la Casa Ana Frank en Holanda (Ver)

«Para darte una idea de otro aspecto de nuestra vida en la Casa de atrás, tendré que escribirte algo sobre nuestra provisión de alimentos. (Has de saber que los del piso de arriba son unos verdaderos golosos.) El pan nos lo proporciona un panadero muy amable, un conocido de Kleiman. No conseguimos tanto pan como en casa, naturalmente, pero nos alcanza. Los cupones de racionamiento también los compramos de forma clandestina. El precio aumenta continuamente; de 27 florines ha subido ya a 33. ¡Y eso sólo por una hoja de papel impresa!
Para tener más víveres no perecederos, aparte de los cien botes de comida que tenemos, hemos comprado 13 kilos de legumbres. Esto no es para nosotros solos; una parte es para los de la oficina. Los sacos de legumbres estaban colgados con ganchos en el pasillo que hay detrás de la puerta-armario. Algunas costuras de los sacos se abrieron debido al gran peso. Decidimos que era mejor llevar nuestras provisiones de invierno al desván, y encomendamos la tarea a Peter. Cuando cinco de los seis sacos ya se encontraban arriba sanos y salvos y Peter estaba subiendo el sexto, la costura de debajo se soltó y una lluvia,
mejor dicho un granizo, de judías pintas voló por el aire y rodó por la escalera. En el saco había unos 25 kilos, de modo que fue un ruido infernal. Abajo pensaron que se les venía el viejo edifico encima. Peter se asustó un momento, pero soltó una carcajada cuando me vio al pie de la escalera como una especie de isla en medio de un mar de judías, que me llegaba hasta los tobillos. En seguida nos pusimos a recogerlas, pero las judías son tan pequeñas y resbaladizas que se meten en todos los rincones y grietas posibles e imposibles. Cada vez que ahora alguien sube la escalera, se agacha para recoger un puñado de judías, que seguidamente entrega a la señora Van Daan».

viernes, 10 de junio de 2011

Dos cantos de Vicente Gerbasi

Del libro Mi padre el inmigrante

Foto tomada en Caracas 1943
De la página http://vicentegerbasi.net./fotosfram.htm


La magistral obra del poeta venezolano Vicente Gerbasi, Mi padre el inmigrante, ha sido reeditada en México por Laberinto Ediciones en su colección Poesía de Largo Aliento. El libro será presentado el próximo domingo 12 de junio a las 11:30 am en la Librería Kalathos de Los Galpones, en Los Chorros, Caracas. Se trata de un merecido homenaje al poeta que el pasado 2 de junio cumplió 98 años de nacido y por quien brindaremos gracias al patrocinio del exquisito vino Castillo de Molina Reserva Shiraz, distribuido en nuestro país por Tamayo & Cía.
Las palabras de presentación estarán a cargo de Gina Saraceni. En nombre de los hijos del poeta, Gonzalo Gerbasi se dirigirá a los presentes y un grupo de escritores leerán fragmentos del libro en italiano y en español, entre ellos Kira Kariakin, Hernán Zamora, Cinzia Ricciuti, Andrés Miguel Rondón, María Teresa Ogliastri, Eleonora Requena, Keila Vall de la Ville, Alexis Romero y Georgina Ramírez.
Como en tanta poesía, en Gerbasi se hallan elementos que nos remiten a la cocina, al vino, a ingredientes para el cuerpo y el alma.

VII
Tu aldea en la colina redonda bajo el aire del trigo,
frente al mar con pescadores en la aurora,
levantaba torres y olivos plateados.
Bajaban por el césped los almendros de la primavera,
el labrador como un profeta joven,
y la pequeña pastora con su rostro en medio de un pañuelo.
Y subía la mujer del mar con una fresca cesta de sardinas.
Era una pobreza alegre bajo el azul eterno,
con los pequeños vendedores de cerezas en las plazoletas,
con las doncellas en torno a las fuentes
movidas rumorosamente por la brisa de los castaños,
en la penumbra con chispas del herrero,
entre las canciones del carpintero,
entre los fuertes zapatos claveteados,
y en las callejuelas de gastadas piedras,
donde deambulan sombras del purgatorio.
Tu aldea iba sola bajo la luz del día,
con nogales antiguos de sombra taciturna,
a orillas del cerezo, del olmo y de la higuera.
En sus muros de piedra las horas detenían
sus secretos reflejos vespertinos,
y al alma se acercaban las flautas del poniente.
Entre el sol y sus techos volaban las palomas.
Entre el ser y el otoño pasaba la tristeza.
Tu aldea estaba sola como en la luz de un cuento,
con puentes, con gitanos y hogueras en las noches
de silenciosa nieve.
Desde el azul sereno llamaban las estrellas,
y al fuego familiar, rodeado de leyendas,
venían las navidades,
con pan y miel y vino,
con fuertes montañeses, cabreros, leñadores.
Tu aldea se acercaba a los coros del cielo,
y sus campanas iban hacia las soledades,
donde gimen los pinos en el viento del hielo,
y el tren silbaba en lontananza, hacia los túneles,
hacia las llanuras con búfalos,
hacia las ciudades olorosas a frutas, hacia los puertos,
mientras el mar daba sus brillos lunares,
más allá de las mandolinas,
donde comienzan a perderse las aves migratorias.
Y el mundo palpitaba en tu corazón.
Tú venías de una colina de la Biblia,
desde las ovejas, desde las vendimias,
padre mío, padre de trigo, padre de la pobreza.
Y de mi poesía.

XVIII
Llegaba el día del agua verde,
espesa como un lienzo oscuro con flores.
E1 agua estancada con gérmenes de fiebre,
el agua solitaria, perdida, abandonada,
donde la garza inmóvil se mira en su tristeza.
Y era el día sin pan, el día sin respuesta.
E1 día de los campesinos muertos sobre la yerba reseca.
Y tu vida era de nuevo un regresar,
un regresar hacia días y noches,
hacia el sitio que buscabas en tu desesperación.

miércoles, 8 de junio de 2011

Santa Teresa levita en la cocina

A través del trabajo plástico
de Marina Abramovic


Obra perteneciente a la exposición La cocina. Homenaje a Santa Teresa, de la artista serbia Marina Abramovic, elaborada en las cocinas de la sede de La Laboral, en Gijón, inspiradas en la vida de Santa Teresa, sus éxtasis y sus levitaciones.

Cortesía de Adriana Morán Sarmiento
y su Vaca Mariposa Editora


Otra obra de la artista nacida en Belgrado en 1946

Poemas de Santa Teresa de Jesús

Alma, buscarte has en Mí

Alma, buscarte has en Mí,
y a Mí buscarme has en ti.

De tal suerte pudo amor,
alma, en mí te retratar,
que ningún sabio pintor
supiera con tal primor
tal imagen estampar.

Fuiste por amor criada
hermosa, bella, y así
en mis entrañas pintada,
si te perdieres, mi amada,
Alma, buscarte has en Mí.

Que yo sé que te hallarás
en mi pecho retratada,
y tan al vivo sacada,
que si te ves te holgarás,
viéndote tan bien pintada.

Y si acaso no supieres
dónde me hallarás a Mí,
No andes de aquí para allí,
sino, si hallarme quisieres,
a Mí buscarme has en ti.

Porque tú eres mi aposento,
eres mi casa y morada,
y así llamo en cualquier tiempo,
si hallo en tu pensamiento
estar la puerta cerrada.

Fuera de ti no hay buscarme,
porque para hallarme a Mí,
bastará sólo llamarme,
que a ti iré sin tardarme
y a Mí buscarme has en ti.


Vivo sin vivir en mí

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

¡Ay, qué vida tan amarga
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga:
quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,
que muero porque no muero.

Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo el vivir
me asegura mi esperanza;
muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

Mira que el amor es fuerte;
vida, no me seas molesta,
mira que sólo me resta,
para ganarte perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero
que muero porque no muero.

Aquella vida de arriba,
que es la vida verdadera,
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva:
muerte, no me seas esquiva;
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios que vive en mí,
si no es el perderte a ti,
para merecer ganarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,
que muero porque no muero.

martes, 7 de junio de 2011

Un poema de Marina Tsvatáieva

Se ha ido. Ya no como...


Se ha ido. Ya no como:
quedó sin gusto el pan.
Se ha ido - todo es tiza
si lo llego a tocar.
...Para mí, era el pan,
era la nieve;
ya la nieve no es blanca,
el pan no sabe a nada.


(Versión de Severo Sarduy)

lunes, 6 de junio de 2011

Lady Gaga confiesa su obsesión por la cocina


La indefinible rubia ha mostrado ya varias veces que la cocina y los alimentos no le son indiferentes. Apareció trajeada de carne cruda como supuesta protesta y en su video Telephone —junto a Beyonce— hace de la cocina el centro de su lujuria, su veneno y su éxito, preparando una cena en la que se ven sandwiches, hamburguesas y un récipe que contiene diversos venenos. “Si puedes matar a una vaca, puedes hacer una hamburguesa”, dice.
En estos días ha confesado su obsesión por los programas de cocina, gracias a los cuales ha conseguido, según dice, ser una buena cocinera. En declaraciones a la revista “Heat”, Lady Gaga señaló que su especialidad es la comida italiana.
Visto está que los fogones son el más global y creativo de los escenarios.


El video Telephone:
http://www.youtube.com/watch?v=EVBsypHzF3U&feature=related

viernes, 3 de junio de 2011

Un poema de César Mermet, de 1970

Obra de Frida Kahlo

La sandía

Flota en el río
a la hora ancha en que el agua
se abandona a su fuerza elástica, plácida,
y sus músculos líquidos ondean a compás perezoso,
ablandando la luz, balanceando la apaciguada luz,
atleta ardiente abandonado de espaldas
en la extensión verde y parda del rumor del río.

Flota, huevo de tigre de agua dulce, verde viril moteado.
Salta a unas manos muy amantes, cae a blanca acogida,
en peso profundísimo, liviano y denso y pleno,
cae a las manos atardecidas.

Ahora el cuchillo hinca y rasga su sonido
que su cuerpo virgen absorbe con serena aceptación;
una breve pirámide es primicia, sale, ilumina el aire tardío.

La hoja de acero sangra un transparente rojo pálido
y con pureza, decisión y designio y equidad,
corta el cerrado universo en dos mitades.

Es el verano,
el verano se hace visible,
en el póstumo instante del sol la sandía se revela, abierta
en dos, cargadas barcas de delicia liviana.

Aquí está el corazón del calor
contrarrestando el peso acumulado del sol en las barrancas,
el malhumor, la agresión sumada, el rencoroso
calor de la seca greda craquelada,
el vaho de las orillas, el espíritu del fuego avieso y ciego,
y el oprobio, el bochorno,
la espesura vaporosa y confusa traspasando la tierra,
cancelado, abolido por la escarcha graciosa de la sandía.

Se ve que es fiesta,
sacralidad alegre,
exaltación del rojo construido en rumor frágil,
cuando se entrega como dicha y gratitud
y prodigio fluido y traslúcido
que no exige reflexión al paladar, festiva fruta casi frívola.

Moteada, sembrada de encargos deslizados, no cargosos,
la sandía es dispendiosa de semillas,
juega, derrama, munificencia pueril y silabeo excedido y salivada siembra,
soplada por las comisuras del que oficia y muerde pero no mastica,
porque ese fruto gigante es sortilegio,
se deshace en entrega conjugada, jugosa, generosa, desapareciendo
en agua roja y en frescura rápida, dulce, como el destello del verano
absolviendo a la lengua.

El corazón es fervoroso,
el corazón de la sandía es más prieto y constituido en otro rojo adulto
entre tanta niñez iluminada y cristalitos que licúan y desaparecen,
el corazón es la hostia púrpura y pagana y cruje más oscuramente
y la boca diferencia el mensaje consagrado.

A la orilla del río, toda la boca sangra pálida,
sumergida en las barcas de la sandía como en la intimidad de una mujer ligera.

Y ahora las dos naves griegas, despojadas,
navegan épicas, danzando majestuosamente;
y alucinados ojos, alumbrados desde la dicha infantil de la boca,
miran la noche comer mansa en la mano de los boteros,
despojándose de su estofa caliente, asomando sus estrellas refrescantes.

La sandía es sencillez,
sortilegio sencillo y natural
para vivir de una manera espaciosa y serena y confiada,
para hombres que fueron suficientemente niños y arcaicos,
como para gozarla.
La sandía es un encargo, una señal jugosa, un recuerdo del paraíso
para que volviendo de nadar,
o de remar en canoas con húmedo olor a mujer,
el hombre asuma su premio y su dicha.

Los que están percutiéndola ahora mismo, escuchándola junto al oído,
no están por alimentarse ni solamente por beber.
Los que percuten con sonrisa reflexiva adivinando con los ojos en el río,
los que levantan las flotantes ballenas fluviales
y bañándose el hombro percuten en su noche prometida,
remontan diapasón, se entonan, se serenan como comulgantes;
la puñalada abrirá pronto el dulce y frío incendio nupcial
de su plétora aérea y de su muda epifanía,
en consonancia deliciosa con las estrellas que caen al río.


Sobre el poeta: http://cesarmermet.blogspot.com/

jueves, 2 de junio de 2011

¿Cómo asesinar en la mesa? (III)

Con mermelada de Ruibarbo


Originaria de las altas mesetas de Rusia y China,
de la planta solo su rojo tallo y su raíz son comestibles.

Sus hojas, crudas o cocidas, conducen a la muerte:
contienen, entre otros venenos desconocidos,
ácido oxálico, corrosivo y letal.
Si se mezcla las hojas con agua y soda,
se obtienen pociones más potentes aún.

Tan bellas hojas
sólo crecen en primavera.
Tal época de mansedumbre
es la de llevar al fuego una mermeladas para el adiós.

miércoles, 1 de junio de 2011

¿Cómo asesinar en la mesa? (II)

Con sashimi de pez globo


Feo, pero hermoso.
Mortal pero sabroso.

El verso no es juego.

El pez globo o fugu requiere sumo cuidado
al convertirse en platillo.
Sólo a manos expertas les está permitido manipularlo.
Su hígado, piel y órganos sexuales
contienen gran cantidad de tetradoxina,
veneno para el cual no existe antídoto conocido.

Se dice que tiene mal carácter,
que traga agua y se hincha para defenderse.
Su codiciada carne es crujiente y carnosa.

La tetradoxina produce
insensibilidad nerviosa y parálisis muscular.
La muerte deviene gustosa
entre veinte minutos y ocho horas
después de haber sido ingerido el especimen marino.

Es mejor verlo.
O servirlo con malas intenciones.