jueves, 20 de mayo de 2010

“El golpe de Dios SOBRE LA MESA”


"Y comerás, te hartarás y bendecirás al Señor tu Dios",
manda la Biblia (Deuteronomio 8:10).
Pero pocos rezamos ya.
Andamos apresurados, en nada creemos,
nos jactamos de abandonar los sagrado.
Nos arrojamos de bruces sobre un plato
sin estimar cuánto esfuerzo y milagro hay en él.

Todas las religiones bendicen la mesa, la agradecen.
Por algo será….
Comer es un acto espiritual como pocos
y la mesa el altar donde oficiamos ese prodigio.

Una oración común a muchas religiones
Bendice esta comida que vamos a recibir.
Da pan a los hambrientos
Y sed de justicia a los que tenemos pan

Oración judía del pan
Bendito eres Tú Señor nuestro Dios, Rey del universo,
Quien saca el pan de la tierra.

Plegaria zen
Esta comida se ha creado con innumerables trabajos.
Que sepamos cómo ha llegado hasta nosotros.
Al recibir esta ofrenda,
Reflexionemos si nuestra virtud y
Práctica se lo merecen.
Deseando alcanzar el estado natural de la mente,
Que nos liberemos de la codicia, el odio y el engaño.
Comemos para sustentar la vida y practicar
El sendero de buda.


También los POETAS escriben PLEGARIAS
que llevar a la mesa y a la larga gracia del DESPUES



El cordero
William Blake

Pequeño cordero, ¿quién te hizo?
¿Sabes quién te hizo,
Te dio vida y comida
Por el arroyo y el hidromiel;
Te dio ropa de placer,
La más suave, de lana, brillante;
Te dio esa voz tan suave,
Alegrando a todos los valles?
Pequeño cordero, ¿quién te hizo?
¿Sabes quién te hizo?

Pequeño Cordero, te lo diré;
Pequeño Cordero, te lo diré:
Se llama como tú,
Porque Él se llama a sí mismo Cordero
Él es manso, y Él es suave,
Él se convirtió en niño.
Yo un niño, tú un cordero,
Nos llamamos por Su nombre.
Pequeño Cordero, ¡Dios te bendiga!
Pequeño Cordero, ¡Dios te bendiga!


Cántico
Alberto Barrera Tyszka


Señor, líbrame,
sácame de esta ciudad, llévame
al fondo del mar
donde tiemblan los pulpos y
descansa la mujer de Lot.
Llévame,
sálvame de estas calles
llenas de hoteles muertos,
gente que no conozco: todos
pasan, miran, gritan, exigen;
Señor, acércate, mira
al mundo hundido en sus vitrinas, escucha
cómo cruje la piel de tus hijos,
Señor, aquí
está tu reino.
Sin parábolas.
Sin trigo.

Nada estalla sobre el cielo,
tu cielo, Señor,
anda, ven,
ven y besa nuestros pies,
baja ya,
regálame tu corazón; libérame
de este largo sueño tuyo.
Mira que ya no espero
tus gogata prudentes,
tu tiempo justo.

Enséñame tu gloria, Señor,
llévame ahora,
ya.

Sólo ahora,
acuérdate de mí.


Lo demás es silencio
Piedad Bonnett


Aquí golpeaba airadamente el padre sobre la mesa
causando un temblor de cristales, una zozobra en la sopa,
volcaba el jarro de su autoridad aprendida, de sus miedos,
de su ternura incapaz de balbuceos.
Adelantaba su dedo acusador y el silencio
era como una puerta obstinada que defendía a los niños del llanto.
Aquí sólo hay ahora una mesa de cedro, unos taburetes,
un modesto frutero que alguien hizo
con doméstico afán.
¿Dónde los niños,
dónde el padre y la madre arrulladora?
La tarde esplendorosa asoma añil y roja detrás de los vitrales.
Y pareciera que tanta paz, tanto silencio pesaroso
fuera el golpe de Dios sobre la mesa.

1 comentario:

Maribri dijo...

Hermosos textos!
Agradezcamos a Dios y a la vida, por el pan de cada dia...ya la conocida oracion del "Padre Nuestro" dice "danos hoy el pan de cada dia". Porque a pesar de todo los bienes que pedimos y deseamos, de todo el dinero, y de hasta toda la codicia, el ser humano solo necesita del pan y un techo, y creo que si meditamos en esta simplicidad, no solo agradeceriamos diariamente, sino que la felicidad nos llenaria, aunque sea un poquito, por tener lo que realmente necesitamos.
Cordiales saludos de Maribri!
http://lacasitademaribri.blogspot.com/
PS.Como no tienes la opcion de seguidor, voy a agregar tu blog a mi lista de webs amigas, me gusta lo que escribes.