sábado, 22 de mayo de 2010

Un banquete por quien se va


A Francisco Mujica i.m.

Tantas religiones asocian condumios
a las tristes horas del duelo.

Los judíos realizan la comida de la condolencia
al volver del cementerio.
Debe ser proporcionada por vecinos o amigos
como gesto de consuelo y ayuda.
Por lo general se trata de un guiso de lentejas,
grano vinculado a la tristeza.
Algunos sefardíes comen huevos sin sal
al comenzar la semana de duelo.

En los Estados Unidos
el retorno del Campo Santo es un banquete
pleno de dulces y bebedizos.

En las funerarias venezolanas es tradición
servir chocolate caliente y caldo de pollo,
los más tibios refugios para el alma apesadumbrada.

También el duelo es inapetencia,
separación de los placeres, olvido de uno.

Hoy ha partido mi amigo Francisco Mujica,
goloso como pocos, amante del quesillo,
de la buena mesa, de un viaje y un sueño.

Lloraré. Lo sé. Ya lo estoy haciendo.
Pero por su maravilloso legado de fortaleza y amistad,
alzaré una copa e intentaré un íntimo banquete en su honor.
Aunque el cuerpo solo me pida tristeza, quietud, memoria.

2 comentarios:

Marieugenia dijo...

Muy hermoso lo escrito! Acompaño tus palabras a mi propio dolor. Gracias!
Marieugenia Cruz-Bajares

Sumito dijo...

Me parece horrible que Francisco muriera. Qué hermoso que lo recuerdes

Sumito