viernes, 31 de agosto de 2012

¿Qué comerá el señor Presidente un domingo en la noche?




¿Come usted, señor Presidente?
@Jacqueline Goldberg



El presidente vive gozando en su palacio,

come más que todos los nacionales juntos

y engorda menos

por ser elegante y traidor.



Caupolicán Ovalles





I
Qué comerá el señor Presidente
un domingo en la noche, en soledad,
mientras sus ministros duermen
el intranquilo sueño de la patria destrozada.
¿Tendrá antojos?
¿Hay un chef a su disposición?
¿Le provocarán langostinos o huevos revueltos?
¿Soldados irán a lujosos restaurantes
en busca de manjares en envases de aluminio?
¿Encargará acaso lumpias y arroz frito
de un restaurante del otro costado de la ciudad?

II
¿Sabrá el señor Presidente
que una comitiva suya
cenó en el prestigioso restaurante parisino
La Tour D’Argent,
ubicado en el 15-17 quai de la Tournelle?
¿Sabrá que allí se comió lo mejor
y al final se descorchó una botella
del famoso vino tinto de Burdeos
Petrus 1982,
que costó 17.000 euros?
Escribió el gastrónomo Miro Popic 
que se trata de “un vino de terciopelo
que se queda para siempre en el paladar,
eternizado en nuestra memoria gustativa”.

Hay eternidades que cansan.

III
En las afueras de Moscú,
el primer mandatario Dmitri Medvédev
ofreció una cena a su homólogo en visita oficial a Rusia.
Habrá comido el señor Presidente
calóricos platos que menguaran el frío.
Quizá la ocasión ameritó negro caviar del Mar Caspio,
arenque ahumado, té y vodka.

Nada que recordara
el Pisillo de chigüire de la infancia. 

IV
Gran devorador,
inculca el deber
de comer poco,
en voz baja.

Los suyos son los más salvajes apetitos
que ha visto la patria.

1 comentario:

miguel angel campos dijo...

al señor presidente la gula le sienta bien, el Hotel Imperial (Tokio), después de un atracón y varios dias de molicie, la comitiva arrasó con la lencería, a lo mejor la usaron de mantel...