contado con gracia

Soria es un tipo ajeno a las jergas y eufemismos que sostienen algunos especialistas en vino. Es claro, llama a las cosas por su nombre. Dice con desparpajo cosas como: “El mejor lugar para un vino malo es el fregadero”; “Hay vinos para hablar, comer, seducir, celebrar y para los hombres pedir perdón; “Las grandes botellas no se beben en un restaurante, sino en casa”; “Si en un cena de amantes sobra vino, hay que botar al amante”.
Soria se paseó mediante una deliciosa, divertida y didáctica degustación, por seis vinos blancos que los participantes vimos, olimos, probamos y bebimos. No se habló de las míticas frutas del bosque —en mi vida he estado en un bosque—, ni de los aromas del regaliz —que alguna vez mastiqué en Disney World—. La conversa mostró, eso sí, que estamos todos llenos de dudas con respecto al vino y que cada vez son más lo que desean adentrarse en sus misterios.
Soria se despidió con una envidiable descripición de su oficio: “Mi vida consiste en comer, beber, viajar y contarlo con cierta gracia”.
1 comentario:
Me gustaria saber si el Prof A Soria va a dirigir catas de vino en las proximas semanas o meses? Me gustaría asistir
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