jueves, 27 de marzo de 2008

Alexis Romero, una casa ordenada

Los poetas 
también fríen papas

Mi entrañable amigo, el poeta Alexis Romero, se jacta de hacer las mejores papas fritas. No es cierto, pero así lo amamos. También los belgas, los franceses, los canadienses y MAcDonalds se atribuyen semejante virtud... En todo caso, valga su pretensión para dejar constancia de que hay poetas que fríen papas y escriben como los dioses. 
Copio uno de sus poemas que siempre llevo conmigo.


sinfonía para una casa

no he ordenado mi casa

los objetos han perdido su lugar

debo ordenar la casa para evitar la desidia 

para que las ardillas tengan un comedero

una casa ordenada encubre las horas tristes

llena de voces los espacios demasiado amplios

una casa ordenada es una casa habitada

un recibimiento o una despedida

una casa ordenada acoge a la noche 

limpia los pulmones de los ahogos finales

en una casa ordenada nadie se muere 

nadie miente nadie sospecha nadie hiere

en una casa ordenada no se pudren las frutas

las auyamas son obras de arte y canalizan el tedio

en una casa ordenada los pájaros duermen

para soñar con los árboles y el aire

en una casa ordenada el orden no cansa 

la pena se marcha sin dañar los enseres o la piel

una casa se ordena para los hijos de la vida

para despertar tocado por los labios de Dios

en una casa ordenada nace alguien 

cada vez que se impone el descuido

en una casa ordenada nadie extraña 
y la vejez es una canción compartida

en una casa ordenada Dios le teme al bostezo

nunca faltan tazas para vaciar la nostalgia

en una casa ordenada nadie es ordenado 

hay plantas saludables y señales del cielo

en una casa ordenada nadie cuelga el teléfono

los hijos no dejan a sus padres ni odian a sus hermanos

en una casa ordenada 

una pareja siempre se ama 

fundando el mundo por primera vez

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