lunes, 24 de marzo de 2008

Maruja Dagnino

La cocina sentimental
El próximo jueves 27, en el restaurante Yantar, será presentado el libro Cocina sentimental, que se suma con brillo propio a la colección “Llámalo amor si quieres”, coordinada por Leonardo Padrón en la editorial Aguilar. El libro de la periodista, escritora y cocinera Maruja Dagnino, es una lúdica y erudita travesía por los recodos dichos y entredichos de la cocina venezolana. A través de historias personales y colectivas, Dagnino revisa los calderos de la gastronomía afrodisíaca para llegar a los fragmentos del discurso amoroso de una culinaria que se solventa entre mujeres, relaciones de poder, vocablos de éxtasis y fórmulas que no distinguen entre los placeres del cuerpo y el alma.
El clímax del libro es un excepcional repertorio de recetas, algunas muy venezolanas y otras de creación reciente.
La presentación del libro estará a cargo de Milagros Socorro, teniendo como padrinos a Carla Tofano y Edmundo Bracho.
Lo que sigue son picones de este exquisito libro que hará de cama y mesa una misma comarca de susurros, dientes, suspiros, sabores y saberes:

«Ante un enorme caldero, sus cabellos rubios atados con una cinta, mi madre sudorosa paleteaba un dulce de leche mientras la casa se inundaba de un aroma de vainilla y canela. En forma de pequeñas esferas, con un clavo de olor incrustado, el dulce de leche era el manjar que hacía a mi padre estremecer de felicidad».

«Ahora yo era dueña de los secretos de amor de mi madre. Con el tiempo fui descubriendo que cocinar era la mejor manera de hacerse querer y terminé debatiéndome, o conciliando, la cocina con la escritura. Si se logra satisfacer la necesidad primaria de alimentar a los otros, y eso además se convierte en una fuente de placer, uno se hará inolvidable. Si algo se puede comprobar es el adagio de que el amor entra por el estómago, pero habría que aclarar que primero sale de la cocina».

«Un beso prolongado es un jamón. Y Amorcito se llama a un aguardiente de caña mezclado con azúcar y vainilla o anís dulce, con algún colorante que puede ser jugo de remolacha, que le da una tonalidad rojiza.
También se llama níspero, bacalao, al sexo de la mujer. Y se dice que huele a pescado. El hombre tiene chocolaticos en la barriga y la mujer melones en lugar de tetas. El piropo más divino: “Mamiiiiiiiiiiiiiitaaaaaa, ¿y esos cocos tienen agua?”.
Beso de vieja es un dulce hecho con plátano frito, huevo batido, sal, azúcar, leche condensada y queso parmesano. El hombre es un mango, y el miembro masculino es una manga. Para decir que una mujer es culona, se dice que tiene tremendo rábano. Y estás más buena que pescao en sartén. O más buena que comer con las manos.
Al hombre que viene de tener sexo se le dice que comió aguacate, y al despechado, que está enguayabado.
Así anidamos gran parte de nuestra jerga amorosa en la cocina. Vamos andando por una cultura venezolana que gira en torno a la mesa, viendo dónde está el platillo que nos revele ese lado, ya sea oscuro o luminoso, del corazón. Y todos los caminos conducen a un lugar común: la cocina, en sí misma, es erótica. Cocinar es erótico. Comer es erótico. La boca es sin duda erógena por excelencia. Y, la cocina, es uno de los gestos más seductores de la tierra».

1 comentario:

Vanessa Rolfini Arteaga dijo...

jacky: me gusta mucho el concepto de este blog, está enfocado de una manera que dará pie a muchas informaciones y reflexiones. Ya lo reseñaré en mi blog. Muchos éxitos. Vanessa