lunes, 21 de junio de 2010

Sobremesa al fondo de la NIEBLA

Un interior después de la cena, de Claude Monet

La sobremesa es ese breve o deliciosamente largo rato que pasamos a los pies de la mesa, después de haber comido y sin levantarnos. Los dedos se enredan en el mantel, hacen piruetas con la servilletas, recogen migas. El cuerpo se abandona a su líquido porvenir. Es el momento del silencio o las más graves palabras, las guardadas, las aguardadas. Cuántos secretos se han develado en una sobremesa, cuántas las disputas atizadas, los amores declarados, los tratos rotos. Ya lo dice Eugenio Montejo en el poema que copio a continuación:


Sobremesa
Eugenio Montejo

A tientas, al fondo de la niebla
que cae de los remotos días,
volvemos a sentarnos
ya hablamos ya sin vernos.
A tientas, al fondo de la niebla.
Sobre la mesa vuelve el aire
y el sueño atrae a los ausentes.
Panes donde invernaron musgos fríos
en el mantel ahora se despiertan.
Yerran vapores de café
y en el aroma, reavivados,
vemos flotar antiguos rostros
que empañan los espejos.
Rectas sillas vacías
aguardan a quienes, desde lejos,
retornarán más tarde. Comenzamos a hablar
sin vernos y sin tiempo.
A tientas, en la vaharada
que crece y nos envuelve,
charlamos horas sin saber
quién vive todavía, quién está muerto. 


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