jueves, 24 de junio de 2010

La rosada ebriedad de DUMBO



Hoy, Día de San Juan, amigas blogueras

(Inés Peña, Marta Elena González

Ileana Matos y Vanessa Rolfini, vean sus buenos espacios)

y el chef Chucho Rojas —del restaurante Amouse Bouche

salimos a catar las delicias mantuanas 

de El Café del Establo, calidamente ubicado 

en el Club Hiparión, en la Unión.

De cuanto comimos y disfrutamos dan cuenta 

Inés Peña en su exquisito blog (Ver),

Marta Elena González (Ver)

y Vanessa Rolfini (Ver). 


Entre montones de temas y el canibalismo

del post de hoy del blog Historias de sobremesa,

recordamos a Dumbo y Timoteo

y la inigualable secuencia de su embriaguez

(¿ebriedad, curda, achispamiento, mona, beodez,

emborrachamiento, temulencia, merluza, moña, etcétera?)

 

Aquella tremenda pea —como decimos en Venezuela—

de los elefantes rosas es una de las escenas

más fascinantes de alucinaciones

del cine y la primera incursión de Disney

en el surrealismo y la postmodernidad.

Hoy ningún estudio cinematográfico

se atrevería a mostrar en dibujos animados

el desfile psicodélico de un Dumbo alcoholizado

y que hasta de homosexual ha sido tratado.

La pacatería impone discursos de sobriedad.

 

En mi madurez rescato esta maravilla,

pero admito que de niña Dumbo me hizo llorar a mares:

su orfandad partía mi corazón. 


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