¿Un subversivo cambio de uso? Quizá. Se trata de la obra Juego de desayuno de piel (Déjeuner en fourrure) de la artista suizo alemana Meret Oppenheim (Berlín, 1913 / Basilea,1985), figura relevante del movimiento surrealista francés. La obra fue presentada con gran escándalo y admiración en 1936 en París en la Exposición surrealista de objetos. Hoy forma parte de la colección del Museo de Arte Moderno de Nueva York.
«La idea surgió al parecer en el Café de Flore, cuando estaba en compañía de Picasso y bromearon sobre las pulseras de piel que ella portaba y sobre las texturas diferentes de los objetos y sobre lo curioso que sería que los objetos tuvieran texturas contrarias a las que los caracterizaban. A lo que ella terminó señalando una taza y una cuchara que podrían también forrarse de piel, como sus pulseras, ¿por qué no?. Así lo hizo, y Breton puso título a la obra, homenajeando por una parte a Manet y su Desayuno sobre la hierba, y a la Venus en piel de Sacher-Masoch», escribe Ignacio Martínez Buenaga.
Otra famosa obra de Oppenheim fue Banquete, en la que sobre una mujer desnuda sirvió en 1959 una espléndida variedad de delicias comestibles que suponían un desplazamiento de la realidad visible y digerible, de la tentación y los pudores. Muchos imitaron luego esta propuesta, incluso aquí mismo en Caracas, donde el restaurante japonés Taiko servía sobre una japonesa desnudísima una enorme cantidad de sushi y sashimi que los comensales debían tomar con sus “palitos”. El más atrevido se quedaba con el roll del Monte de Venus.
Meret Oppenheim
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